Un ángel dijo a una virgen llamada María que ella iba a dar a luz al Hijo de Dios. Así que, siendo todavía virgen, dió a luz un hijo y le llamó Jesús. Por lo tanto, Jesús es ambos, Dios y hombre.
Jesús hizo muchos milagros que daban evidencias de que es Dios. El caminó por encima del agua, calmó las tormentas, sanó a muchas personas enfermas, echó fuera demonios, resucitó muertos, y convirtió cinco panes y dos pequeños pescados en suficiente comida para dar de comer a sobre 5,000 personas.
Jesús dijo que el reino de Dios es más valioso que cualquier otra cosa en el mundo. La cosa más importante para cualquier persona es pertenecer al reino de Dios. Para entrar en el reino de Dios, debes ser salvo de tu pecado.
Jesús enseñó que algunas personas le recibirán y serán salvas, pero que otras no lo harán. Dijo que algunas personas son como la buena tierra. Ellos reciben las buenas nuevas de Jesús y son salvados. Otras personas son como la tierra dura de un camino, donde la semilla de la palabra de Dios no penetra y no produce ninguna cosecha. Esas personas rechazan el mensaje de Jesús y no entrarán en su reino.
Jesús también, nos dijo que Dios odia el pecado. Cuando Adán y Eva pecaron, esto afectó a todos sus descendientes. Como resultado, toda persona en el mundo peca y está separada de Dios. Por lo tanto, toda persona ha llegado a ser un enemigo de Dios.
Pero Dios amaba a todos en el mundo tanto que El dio a su único Hijo para que cualquiera que crea en Jesús no sea castigado por sus pecados, sino que viva con Dios para siempre.
Por nuestro pecado, somos culpables y merecemos morir. Dios debería estar enojado con nosotros, pero él derramó su enojo en su único hijo Jesús en lugar de nosotros. Cuando Jesús murió en la cruz, él recibió nuestro castigo.
Jesús nunca pecó, pero él escogió ser castigado y morir como el sacrificio perfecto para quitar nuestros pecados y los pecados de todas las personas en el mundo. Porque Jesús se sacrificó a sí mismo, Dios puede perdonar cualquier pecado, aún los considerados como pecados muy terribles.
Las buenas obras no pueden salvarte. No hay nada que puedas hacer para tener una relación con Dios. Solamente Jesús puede limpiar tus pecados. Tú debes creer que Jesús es el Hijo de Dios, que él murió en la cruz en tu lugar, y que Dios le levantó a la vida otra vez.
Dios salvará a todo aquel que cree en Jesús y le recibe como su Señor. Pero no salvará a quién no crea en Él. No importa si eres rico o pobre, hombre o mujer, joven o viejo, o donde vivas. Dios te ama y quiere que creas en Jesús para poder tener una relación estrecha contigo.
Jesús te invita a creer en él y ser bautizados. ¿Crees que Jesús es el Mesías, el único Hijo de Dios? ¿Crees que eres un pecador y que mereces que Dios te castigue? ¿Crees que Jesús murió en la cruz para quitarte tus pecados?
¡Si crees en Jesús y lo que ha hecho por ti, tu eres un cristiano! Dios te ha sacado del reino de oscuridad de Satanás y te ha colocado en el reino de luz de Dios. Dios ha quitado tu vieja y pecaminosa manera de hacer las cosas y te ha dado una manera nueva y justa de hacerlas.
Si tú eres un amigo de Dios y siervo de Jesús el Señor, querás obedecer lo que Jesús te enseña. Aunque seas cristiano, todavía serás tentado a pecar. Pero Dios es fiel y dice que si confiesas tus pecados, él te perdonará. Él te dará fuerzas para luchar contra el pecado.
Dios te dice que ores, estudies su palabra, que le adores con otros cristianos, y que cuentes a otros lo que ha hecho por tí. Todas estas cosas te ayudarán a tener una relación más profunda con él.