Pero el pequeño bebé de David murió. Así fue como Dios castigó a David. Además, hasta que David murió, algunos miembros de su propia familia se rebelaron contra él, y David perdió mucho poder. Pero Dios fue fiel y siguió haciendo lo que le había prometido a David que haría por él, a pesar de que David lo había desobedecido. Más tarde, David y Betsabé tuvieron otro hijo, y lo llamaron Salomón.