Dios le había dado a Esteban el poder de hacer muchos grandes milagros en favor de la gente que mostraba que el mensaje acerca de Jesús era cierto. Sin embargo, alguna personas se oponían a Esteban. Ellos eran de un grupo de judíos que se reunían regularmente en una sinagoga llamada Los Libertos, y también personas de las ciudades de Cirene y Alejandría y de las provincias de Cilicia y Asia. Ellos comensaron a discutir con Esteban.