Y ACERCA de los dones espirituales, no quiero, hermanos, que ignoréis. Sabéis que cuando erais Gentiles, ibais, como erais llevados, á los ídolos mudos. Por tanto os hago saber, que nadie que hable por Espíritu de Dios, llama anatema á Jesús; y nadie puede llamar á Jesús Señor, sino por Espíritu Santo.