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41-MAT.usfm

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 \v 18 Para no parecer á los hombres que ayunas, sino á tu Padre que está en secreto: y tu Padre que ve en secreto, te recompensará en público.
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 \v 19 No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompe, y donde ladrones minan y hurtan;
-\v 20 Mas haceos tesoros en el cielo, d onde ni polilla ni orín corrompe, y donde ladrones no minan ni hurtan:
+\v 20 Mas haceos tesoros en el cielo, donde ni polilla ni orín corrompe, y donde ladrones no minan ni hurtan:
 \v 21 Porque donde estuviere vuestro tesoro, allí estará vuestro corazón.
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 \v 22 La lámpara del cuerpo es el ojo: así que, si tu ojo fuere sincero, todo tu cuerpo será luminoso:
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 \v 29 ¡Ay de vosotros, escribas y Fariseos, hipócritas! porque edificáis los sepulcros de los profetas, y adornáis los monumentos de los justos,
 \v 30 Y decís: Si fuéramos en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus compañeros en la sangre de los profetas.
-\v 31 Así que, testimonio dais á vosotros mismos, que sois hijos de aquellos que mataron á los profeta s.
+\v 31 Así que, testimonio dais á vosotros mismos, que sois hijos de aquellos que mataron á los profetas.
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 \v 32 ¡Vosotros también henchid la medida de vuestros padres!
 \v 33 ¡Serpientes, generación de víboras! ¿cómo evitaréis el juicio del infierno?
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 \v 62 Y levantándose el pontífice, le dijo: ¿No respondes nada? ¿qué testifican éstos contra ti?
 \v 63 Mas Jesús callaba. Respondiendo el pontífice, le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, Hijo de Dios.
-\v 64 Jesús le dijo: Tú lo has dicho: y aun os digo, que desde ahora habéis de ver al Hijo del hombre sentado á la diestra de l a potencia de Dios, y que viene en las nubes del cielo.
+\v 64 Jesús le dijo: Tú lo has dicho: y aun os digo, que desde ahora habéis de ver al Hijo del hombre sentado á la diestra de la potencia de Dios, y que viene en las nubes del cielo.
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 \v 65 Entonces el pontífice rasgó sus vestidos, diciendo: Blasfemado ha: ¿qué más necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora habéis oído su blasfemia.
 \v 66 ¿Qué os parece? Y respondiendo ellos, dijeron: Culpado es de muerte.

42-MRK.usfm

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 \v 34 Y le escarnecerán, y le azotarán, y escupirán en él, y le matarán; mas al tercer día resucitará.
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 \v 35 Entonces Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, se llegaron á él, diciendo: Maestro, querríamos que nos hagas lo que pidiéremos.
-\v 36 Y él les dij o: ¿Qué queréis que os haga?
+\v 36 Y él les dijo: ¿Qué queréis que os haga?
 \v 37 Y ellos le dijeron: Danos que en tu gloria nos sentemos el uno á tu diestra, y el otro á tu siniestra.
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 \v 38 Entonces Jesús les dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso que yo bebo, ó ser bautizados del bautismo de que yo soy bautizado?

43-LUK.usfm

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 \v 75 En santidad y en justicia delante de él, todos los días nuestros.
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 \v 76 Y tú, niño, profeta del Altísimo serás llamado; porque irás ante la faz del Señor, para aparejar sus caminos;
-\v 77 Dando conocimiento de salud á su pueblo, para remisión de s us pecados,
+\v 77 Dando conocimiento de salud á su pueblo, para remisión de sus pecados,
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 \v 78 Por las entrañas de misericordia de nuestro Dios, con que nos visitó de lo alto el Oriente,
 \v 79 Para dar luz á los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte; para encaminar nuestros pies por camino de paz.
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 \v 27 Y le seguía una grande multitud de pueblo, y de mujeres, las cuales le lloraban y lamentaban.
 \v 28 Mas Jesús, vuelto á ellas, les dice: Hijas de Jerusalem, no me lloréis á mí, mas llorad por vosotras mismas, y por vuestros hijos.
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-\v 29 Porque he aquí vendrán días en que dirán: Bienaventuradas las estériles, y los vientres qu e no engendraron, y los pechos que no criaron.
+\v 29 Porque he aquí vendrán días en que dirán: Bienaventuradas las estériles, y los vientres que no engendraron, y los pechos que no criaron.
 \v 30 Entonces comenzarán á decir á los montes: Caed sobre nosotros: y á los collados: Cubridnos.
 \v 31 Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué se hará?
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44-JHN.usfm

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 \v 30 Respondió aquel hombre, y díjoles: Por cierto, maravillosa cosa es ésta, que vosotros no sabéis de dónde sea, y á mí me abrió los ojos.
 \v 31 Y sabemos que Dios no oye á los pecadores: mas si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, á éste oye.
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-\v 32 Desde el siglo no fué oído, que abri ese alguno los ojos de uno que nació ciego.
+\v 32 Desde el siglo no fué oído, que abriese alguno los ojos de uno que nació ciego.
 \v 33 Si éste no fuera de Dios, no pudiera hacer nada.
 \v 34 Respondieron, y dijéronle: En pecados eres nacido todo, ¿y tú nos enseñas? Y echáronle fuera.
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