|
\v 8 Sin embargo, El SEÑOR, Tú eres nuestro padre; nosotros somos el barro. Tú eres nuestro alfarero; y todos nosotros somos la obra de Tus manos. \v 9 No estés tan molesto, SEÑOR, ni nos recuerdes siempre nuestros pecados. Por favor, míranos a todos, Tú pueblo. |