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Unos 100 años después de que los asirios destruyeran el reino de Israel, Dios envió a Nabucodonosor, el rey de los babilonios, a atacar el reino de Judá. Babilonia era una nación poderosa. El rey de Judá aceptó ser siervo de Nabucodonosor y pagarle mucho dinero cada año. |