Después de muchos días, los judíos hicieron un plan para matar a Saulo. Enviaron gente a vigilarlo a las puertas de la ciudad para matarlo. Pero Saulo se enteró del plan y sus amigos le ayudaron a escapar. Una noche lo bajaron por el muro de la ciudad en una cesta. Después de que Saulo escapó de Damasco, siguió predicando acerca de Jesús.