Había un discípulo en Damasco llamado Ananías. Dios le dijo: "Ve a la casa donde está Saulo. Pon tus manos sobre él para que pueda volver a ver". Pero Ananías dijo: "Maestro, he oído cómo este hombre ha perseguido a los creyentes". Dios le respondió: "¡Ve! lo he elegido para que anuncie mi nombre a los judíos y a personas de otros pueblos. Sufrirá muchas cosas por mi nombre".