Dios les advirtió a Moisés y a Aarón que el Faraón sería obstinado. Cuando fueron al Faraón, dijeron: "Esto es lo que dice el Dios de Israel: '¡Deja ir a mi pueblo!'" Pero el Faraón no los escuchó. En lugar de dejar ir libre a los israelitas, ¡los obligó a trabajar aún más duro!