Después de que Urías murió en la guerra, David se casó con Betsabé. Más tarde, ella dio a luz al hijo de David. Dios estaba muy enojado por lo que David había hecho, así que envió al profeta Natán para que le dijera a David lo malvado que era su pecado. David se arrepintió de su pecado y Dios lo perdonó. Durante el resto de su vida, David siguió y obedeció a Dios, incluso en los momentos difíciles.