El demonio gritó a gran voz: "¿Qué quieres de mí, Jesús, Hijo del Altísimo? ¡Por favor, no me tortures!" Entonces Jesús le preguntó al demonio: "¿Cuál es tu nombre?" Y él respondió: "Mi nombre es legión, porque somos muchos". (Una "legión" era un grupo de algunos miles de soldados en el ejército romano)