Jesús amaba a sus amigos, pero se esperó, donde Él estaba, por dos días. Después de esos dos días, Él dijo a sus discípulos: "Volvamos a Judea". "Pero Maestro", respondieron los discípulos, "¡hasta hace pocos días la gente de allí quería matarte!". Jesús les respondió: "Nuestro amigo Lázaro se ha quedado dormido y debo despertarle".